Atlanta venció a Flandria por 3-1 en un partido entre dos equipos necesitados, que llevaban muchos partidos sin ganar y que buscaban una victoria para conseguir aire. El Canario arrancó mejor y facturó rápido, pero en el peor momento del Bohemio, encontró el empate la cierre de la primera etapa. En el complemento, una ráfaga de dos goles en dos minutos fue demasiado para los de Jáuregui que no tuvieron reacción. Erviti ganó tres puntos de oro para su futuro, y Montenegro complica su continuidad.

El encuentro arrancó flojo, aburrido y sin llegadas. Ninguno de los dos arriesgaba demasiado y esperaban encontrar el error del rival para poder llegar. Y en la primera de peligro, Flandria aprovechó una desatención defensiva para penetrar por izquierda, la jugada se ensució pero cruzó toda el área para el ingreso en soledad de Benjamín Borasi, que definió ante la salida de Sumavil.

El tanto de la visita fue un mazazo para el local, que no tenía reacción. El equipo no hilvanaba jugadas en ofensiva, no profundizaba por las bandas ni generaba riesgo. El primer tiempo se moría con un Atlanta grogui, pero en un tiro libre, Galeano picó en soledad por la derecha, lanzó un centro rasante que fue despejado en la línea y en el rebote Matías Molina no perdonó para poner la igualdad. Minutos después, en la última, Ramón Fernández casi lo da vuelta con un tiro que dio en el travesaño.

Aunque el resultado era mejor, la cara de Altanta no había sido buena y su hinchada hizo saber el descontento. Erviti propuso el cambio que hace siempre: la salida de Julián Marcioni y el ingreso de Juan Bisanz, que siempre que entra, marca la diferencia. El juvenil no necesitó cinco minutos para demostrar que por la banda izquierda del Canario se haría un festín. A los 8 del complemento, un centro suyo pegó en el palo, y el rebote lo aprovechó Galeano para poner el 2-1 con una buena volea.

Prácticamente sacando del medio, el Bohemio recuperó la pelota otra vez con Galeano, que esta vez asistió a Bisanz por la derecha. El Melli entró en diagonal al área y cruzó un derechazo que terminó liquidando el partido. El 3-1 con tanta velocidad destruyó anímicamente a Flandria que hasta los 44 del primer tiempo había hecho las cosas muy bien, y 10 minutos después perdía por dos goles de diferencia.

Atlanta aprovechó muy bien el momento del partido, no se refugió sino que buscó siempre hacer el cuarto, cosa que podría haber logrado si Saggiomo (que reemplazó a Fernández) estaba un poco más fino. Flandria trató de buscar en el banco las respuestas que faltaban en la cancha, pero aunque no bajó los brazos, ya no pudo entrar fácil en el área rival.

El pitazo final de Zunino desató la alegría para Villa Crespo, que no festejaba desde la fecha 2 (casualmente, un 3-1 en el que también arrancó perdiendo y en el que también marcó dos goles muy seguidos). Para Flandria, es la profundización de una crisis futbolística en la que acumula 5 derrotas y apenas una victoria en las primeras ocho fechas del torneo.